👉 NUEVO: «DIPLOMADO EN DERECHO PROCESAL CIVIL, LITIGACIÓN ORAL Y REDACCIÓN DE DEMANDAS».
Inicio: 29 de abril. Más Información aquí o escríbenos al wsp

👉 NUEVO: «DIPLOMADO EN ASISTENTE ADMINISTRATIVO, TRÁMITE Y GESTIÓN DOCUMENTAL Y REDACCIÓN DE DOCUMENTOS ADMINISTRATIVO».
Inicio: 20 de mayo. Más Información aquí o escríbenos al wsp 

Consejos prácticos para lograr una redacción breve

Si no podemos enunciar correctamente nuestra idea principal en una oración usando nuestras propias palabras, no sabemos en realidad lo que queremos decir.

Cómo citar: Ureta, J. (2012). Técnicas de argumentación jurídica para la litigación oral y escrita. Lima: Ediciones Legales, pp. 433-441.


Consejos para una redacción breve

Como señala José Antonio González Salgado, reconocido lingüista analista del lenguaje jurídico, existen cuatro formas de redactar:

En el lenguaje jurídico actual es posible establecer una clasificación de los textos en función de las anomalías que contienen. Desde nuestro punto de vista, hay cuatro tipos de redacciones frecuentes que deben ser evitadas:

a) La redacción descuidada, que puede definirse como la atenta contra las normas ortográficas y gramaticales (la que presenta errores en la acentuación, en la puntuación, en las concordancias verbales o en el significado de las palabras).
b) La redacción complicada, la que abusa de oraciones subordinadas, en las que unas frases dependen de otras, y estas, a su vez, de otras anteriores; enmarañan el contenido de tal forma que el lector se pierde. Sin duda, estas redacciones constituyen el principal defecto del lenguaje jurídico en el nivel textual.
c) La redacción confusa, la que contiene demasiada terminología especializada y no está destinada a un lector especialista, o la que está inflada con siglas o con ejemplos que no ayudan a clarificar las cosas.
d) La redacción pretenciosa, la que ofrece más información de la que demanda el lector para entender cabalmente el contenido.

Ciertamente esos tipos de redacción son resultado de una estrategia que intenta imponer la opinión y no argumentar. Con las recomendaciones que pasamos a detallar lo que buscamos es que el magistrado obtenga el documento creíble, recordable y preciso.

La redacción moderna consiste en la siguiente regla:

“SUPRIMA TODO LO QUE SOBRE”.

Según una anécdota, al escultor Miguel Ángel le preguntaron cómo hacía para esculpir tan bellas obras, y él respondió que “solo quitaba lo que sobra al mármol”.

La correcta redacción de párrafos cortos proviene de una mente reflexiva. El escritor reflexivo no escribe a la deriva ni emotivamente sino que evalúa constantemente el propósito de lo que escribe y distingue al auditorio, no cree que este piense igual que él; en cambio trata de captarlo.

La mente reflexiva crea un diálogo interno consigo misma, evaluando qué es lo que está escribiendo mientras escribe.

– ¿He establecido claramente mi punto principal?
– ¿He explicado adecuadamente mi punto principal?
– ¿Les he dado a mis lectores ejemplos de mi propia experiencia, que conectan ideas importantes con su experiencia?
– ¿He incluido metáforas o analogías que ilustren lo que estoy diciendo al lector?

Ahora considera las cuatro preguntas que pueden utilizarse para evaluar la escritura clara:

– ¿Puedes enunciar tu punto básico en una sencilla oración?
– ¿Puedes desarrollar tu punto básico de manera más completa (en otras palabras)?
– ¿Podrías darme un ejemplo de tu punto de vista a partir de tu experiencia?
– ¿Puedes darme una analogía o metáfora para ayudarme a ver lo que quieres decir?

Cada una de estas estrategias de aclaración requiere de una habilidad para la escritura sustantiva.

1. Estrategias de aclaración

La capacidad de enunciar un asunto claramente en una oración. Si no podemos enunciar correctamente nuestra idea principal en una oración usando nuestras propias palabras, no sabemos en realidad lo que queremos decir.

La capacidad para explicar un asunto de una oración con más detalle.

Si no podemos desarrollar nuestra idea principal, entonces aún no hemos conectado su significado con otros conceptos que nosotros comprendemos.

La capacidad de dar ejemplos de lo que estamos diciendo. Si no podemos conectar lo que hemos desarrollado con situaciones concretas del mundo real, nuestro conocimiento de los significados, es aún abstracto y, hasta cierta extensión, vago.

La capacidad para ilustrar lo que estamos diciendo, con una metáfora, analogía, foto, diagrama o dibujo. Si no podemos generar metáforas, analogías, fotos o diagramas de los significados que estamos construyendo, no hemos conectado aún lo que comprendemos con otros dominios del conocimiento y de la experiencia.

La segunda regla es la siguiente:

El lector u oyente debe ser guiado por usted para entender el texto; ello se usa la división en párrafos separados por espacios en blanco, enumeraciones, guías con subtítulos, mostrar las oraciones o párrafos donde están las ideas principales y distinguirlas claramente de las ideas secundarias, entre otras.

En la Escuela de Leyes de la American University recomiendan que se haga siempre las siguientes preguntas para cumplir con este propósito:

– ¿Para quién será escrito el documento (la audiencia)?
– ¿Qué va a hacer esa persona con él (fin)?
– ¿Qué pregunta (s) se supone que debe responder el documento?
– ¿Cuál es la respuesta?

Precisan que: “En el mundo del discurso jurídico, los documentos son ‘documentos de trabajo’, no son ejercicios académicos. La gente real necesita y utiliza los documentos que usted escribe para responder a preguntas importantes. Sin embargo, la perfección puede ser inalcanzable, un documento legal fracasa si no logra su propósito designado para su público designado”.

Un buen documento, desde la página inicial, brinda a su lector un panorama general de lo que trata, incluida la cuestión que está respondiendo y la respuesta. También deja al lector con una respuesta clara.

¿El documento de inmediato (es decir, en la página uno) presenta claramente la pregunta o preguntas que aborda, la respuesta (s), y una breve explicación de la respuesta (s)?
¿La última frase o párrafo (conclusión) brinda una respuesta clara?

Los documentos son más útiles a los lectores si suministran el contexto, es decir, si le dicen al lector de lo que trata el documento de inmediato y brindan al lector una visión global de lo que el documento va a hacer. Los documentos legales, en particular, no debe ser “historias de misterio”.

Un buen documento es fácil de seguir, el lector puede decir inmediatamente de qué trata un párrafo y la forma en que los apartados encajan entre sí.

¿La primera frase de cada párrafo contiene el tema de ese párrafo? ¿Están todas las sentencias en el párrafo relacionado con ese tema?
¿Existe relación entre los párrafos mostrados en el uso eficaz de las transiciones?
¿En su caso, los subtítulos se utilizan para guiar al lector a través del documento?

Los párrafos y el “espacio blanco” en un documento son herramientas útiles para la organización de la lectura y evita exigir al lector mucho esfuerzo por comprender el significado. Organizando bien los párrafos en los que se identificó rápidamente el tema hace que la lucha por el sentido sea algo más sencillo. Transiciones eficaces crean el “flujo” y actúan como señales a través del documento. Los subtítulos también actúan como señales (imaginen al lector en una caminata por terreno desconocido).

Un buen documento es fácil de leer.

¿Sus sentencias o párrafos rara vez superan las veinticinco palabras (2 34 líneas mecanografiadas)? ¿Usa oraciones largas? ¿Son las primeras y últimas palabras de cada oración las más importantes? ¿Son ideas importantes las que van en los párrafos principales y la información menos importante en los párrafos subordinados o frases.

Muchos estudios han demostrado que los lectores comprenden oraciones más cortas con mayor facilidad. Al mismo tiempo, un documento compuesto enteramente de frases cortas es tedioso y monótono, y algunas veces frases largas son útiles, siempre y cuando se controlen. Otros estudios muestran que los lectores prestan más atención a las últimas palabras y frases de inicio (“impacto” por posiciones). Además, las estructuras gramaticales tienen un significado: si la información está en la cláusula principal o independiente, se lee como información importante, y si es en una oración subordinada o dependiente, que es visto como menos importante-dependiente o condicionada a la información importante.

2 Comentarios

  1. Muy util, gracias

    Responder
  2. buenos dias, me interesa el diplomado que se realizará el 20/05/2024, me gustaria saber el precio, mi correo elenitabebelu@hotmail

    Responder

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Pin It on Pinterest

0
    0
    Tu pedido
    Tu carrito esta vacíoVolver a la tienda
      Calculate Shipping
      Apply Coupon