👉 NUEVO: «DIPLOMADO EN DERECHO INMOBILIARIO, REGISTRAL Y ACCESO A LA FUNCIÓN NOTARIAL».
Inicio: 4 de febrero. Más información aquí o escríbenos al wsp
👉 NUEVO: «DIPLOMADO EN VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES E INTEGRANTES DEL GRUPO FAMILIAR, DELITOS SEXUALES, SEXTORSIÓN Y FEMINICIDIO».
Inicio: 10 de febrero. Más información aquí o escríbenos al wsp

 

Oratoria jurídica: la importancia de hacerse las preguntas correctas

Sumilla: En qué usamos las preguntas; 1. Cuestionar metas y propósitos; 2. Cuestionar las preguntas; 3. Cuestionar la información, los datos y la experiencia

Cómo citar: Ureta, J. (2012). Técnicas de argumentación jurídica para la litigación oral y escrita. Lima: Ediciones Legales, pp. 148-152.


En qué usamos las preguntas

Podemos formular preguntas con diversos propósitos, entre ellos tenemos los siguientes:

– Cuestionar metas y propósitos.
– Cuestionar preguntas.
– Cuestionar la información, los datos y la experiencia.
– Cuestionar inferencias y conclusiones.
– Cuestionar conceptos e ideas.
– Preguntas retóricas.

1. Cuestionar metas y propósitos

En toda argumentación subyace un plan, un propósito. Usted debe asumir que no puede comprender lo que busca el interlocutor hasta que no tenga en claro todo el propósito o plan que tiene en mente el interlocutor; así, usted logrará encontrar las debilidades del oponente con mayor facilidad, metas comunes o metas cuestionables. Este examen también puede hacerlo para cuestionar las metas de su propio punto de vista. Las preguntas que se deben formular son las siguientes:

– ¿Qué tratamos de lograr aquí?
– ¿Cuál es nuestra meta o tarea principal en esta línea de pensamiento?
– ¿Cuál es el propósito de esta reunión, capítulo, relación, política, ley?
– ¿Cuál es nuestra agenda principal? ¿Qué otras metas necesitamos considerar?
– ¿Por qué escribimos esto? ¿Quién es nuestro público? ¿Sobre qué los queremos persuadir?

2. Cuestionar las preguntas

Toda argumentación puede ser expuesta como si respondiera a una pregunta. Considere que usted no comprende una idea hasta que no tenga en claro qué pregunta busca responder. Esto permitirá reconducir el debate a un aspecto más profundo, y si el oponente no domina el tema se debilitará con mayor facilidad. Para eso deberá formular las siguientes preguntas:

– No estoy seguro exactamente qué pregunta usted hace. ¿Puede explicarla?
– ¿Es esta pregunta la mejor pregunta en este momento, o existe otra pregunta más importante que necesitamos enfocar?
– La pregunta en mi mente es esta… ¿Está de acuerdo o ve otra pregunta en el asunto?
– ¿Debemos hacer la pregunta (problema, asunto) de esta manera… o de esta…?
– Desde un punto de vista conservador, la pregunta es…; desde un punto de vista liberal, la pregunta es… ¿Cuál es la mejor manera de exponerlo, a su entender?

3. Cuestionar la información, los datos y la experiencia

Cualquier argumento o propuesta debe estar apoyada en alguna información, usted debe asumir que no entiende o acepta la idea propuesta porque requiere de conocer mejor la información tomada como apoyo. Esta actitud también le permitirá esclarecer si el debate se resuelve solo con el análisis de la calidad de la evidencia aportada o una interpretación de los hechos:

– ¿En qué información usted basa su comentario?
– ¿Qué experiencia le convenció sobre esto? ¿Puede estar distorsionada su experiencia?
– ¿Cómo sabemos que esta información es precisa? ¿Cómo la podemos verificar?
– ¿Hemos dejado de considerar alguna información o datos que necesitamos considerar?
– ¿En qué se basan estos datos? ¿Cómo se desarrollaron? ¿Nuestra conclusión está basada en hechos sólidos o datos inciertos?

4. Cuestionar inferencias y conclusiones

Todo argumento debe tener al menos premisas y conclusión, por lo que usted puede asumir que no comprende las premisas y relaciones establecidas entre ellas, y que permitieron llegar a la conclusión sostenida:

– ¿Cómo llegó usted a esa conclusión?
– ¿Puede explicar su razonamiento?
– ¿Existe una conclusión alterna que sea posible?
– Dados los hechos, ¿cuál es la mejor conclusión posible?

5. Cuestionar conceptos e ideas

Muchos debates se centran sobre el alcance de un concepto o definición, o la tesis se apoya en argumentos abstractos. En estos casos, usted debe solicitar que se esclarezcan los conceptos para poder entender los argumentos propuestos:

– ¿Cuál es la idea central que usas en tu razonamiento?
– ¿Usamos el concepto apropiado o necesitamos reconceptualizar el problema?
– ¿Necesitamos más hechos o repensar cómo calificamos los hechos?
– ¿Nuestra pregunta es legal, teológica o ética?

6. Cuestionar suposiciones

Ninguna argumentación puede exponer toda la información implicada, así que admite suposiciones. Usted debe asumir que no comprende toda la argumentación si no se esclarece lo que se da por supuesto. Esto permite que usted esclarezca si se tienen supuestos aceptables o si se parte de los mismos valores, creencias:

– ¿Exactamente qué da por hecho aquí?
– ¿Por qué presume eso? Por otro lado, ¿no debemos presumir…?
– ¿Qué suposiciones sustentan nuestro punto de vista? ¿Qué presunciones alternas podemos formar?

7. Cuestionar implicaciones y consecuencias

Toda argumentación lleva a comprometerse a quien la sostiene con las consecuencias e implicancias de sus propuestas; asuma que usted no comprende la propuesta si no se exponen todas sus consecuen-
das. De este modo, usted examinará si el interlocutor está realmente comprometido con su tesis:

– ¿Qué implica usted cuando dice…?
– Si hacemos esto, ¿probablemente qué ocurra como resultado?
– ¿Implica usted que…?
– ¿Ha considerado las implicaciones de esta política o práctica?

8. Cuestionar puntos de vista y perspectivas

Toda argumentación se alimenta de un punto de vista y usted debe estar seguro si se han tomado en cuenta otros puntos de vista; de este modo analizará la honestidad intelectual y tolerancia del interlocutor:

– ¿Desde qué punto de vista miramos esto?
– ¿Existe otro punto de vista que debemos considerar?
– ¿Cuál de estos puntos de vista tiene más sentido dada la situación?

Las preguntas pueden ser retóricas; es decir, que se usan por el interlocutor en su discurso para que este aparezca como respuesta a las mismas, de ese modo se adquiere fuerza; pero también las preguntas pueden debilitar al argumento cuando son formuladas después de expuesto.

0 comentarios

Enviar un comentario

Pin It on Pinterest

0
    0
    Tu pedido
    Tu carrito esta vacíoVolver a la tienda
      Calculate Shipping
      Aplicar cupón