Fuente: Carneiro, M. (2014). Manual de redacción superior. Lima: Editorial San Marcos, pp. 90-95.
1. ¿Qué es un esquema?
El esquema puede ser definido de varias maneras. En primer lugar, es una de las formas más eficaces de organizaría redacción. También podría ser considerado como un plano para la construcción del texto, porque prefigura lo que va a ser su estructura. Asimismo, es como un mapa de carretera, ya que el esquema opera también como una pauta de carácter orientador para el desarrollo y curso de las ideas. Por último, otra forma de concebirlo es como el conjunto de respuestas que el redactor proporciona a las posibles preguntas de un imaginario lector ignorante del tema, pero muy inquisitivo: todo lo quiere saber.
Todas estas aproximaciones destacan dos rasgos característicos del esquema:
– Su carácter de guía para la producción del texto
– Su carácter provisional, meramente transitorio
2. ¿Cómo está conformado un esquema?
En el esquema, cualquiera que sea su modalidad, debemos articular los siguientes elementos:
a) El tema (“Los deportes de aventura”).
b) Los subtemas
Los aspectos específicos del tema, las respuestas a las posibles preguntas del lector inquisitivo (“Orígenes”, “Los deportes de aventura más practicados”, “Dónde se practican”, etc.).
c) Las ideas-clave
La información resumida para cada subtema (en el caso del subtema “Orígenes”: Respuesta a la vida moderna, Tendencia ecológica, Búsqueda de ambientes naturales, Revaloración de la naturaleza, etc.).
d) La jerarquía de los subtemas
Cómo está subdividido cada subtema en otros más específicos y el grado de dependencia entre ellos.
e) La secuencia de subtemas e ideas
(1.° Orígenes; 2.° Los más practicados; 3.° Lugares para su práctica; 4.° Requisitos).
3. Las técnicas para elaborar esquemas
A continuación, presentaremos dos métodos para la elaboración de esquemas: uno para los que recién se inician en la redacción (Método 1), y otro para aquellos que tienen un poco más de práctica (Método 2). La diferencia entre ellos estriba en que el primero prosigue lo iniciado en el capítulo anterior, en la fase de producción de ideas, para a partir de esa “erupción” organizarías en el esquema; mientras que el segundo empieza con el esquema y obvia el listado espontáneo.
Paso 1: Seleccionar las ideas o la información pertinente en función de las variables de redacción: acceso a las fuentes, receptor, propósito, funcionalidad, género textual, extensión y tiempo disponibles.
Paso 2: Clasificar por subtemas las ideas seleccionadas. Por ejemplo, en relación con el tema “Los deportes de aventura” la información “ríos”, “lagos”, “montañas” “cañones”, etc, puede clasificarse como: “Lugares donde se practican deportes de aventura”.
Paso 3: Establecer una secuencia: tanto para los subtemas como para las ideas de cada uno de ellos. Existen diversos criterios para ordenar; he aquí los más importantes:
Criterio de simplicidad o elementalidad. Primero le proporcionamos al lector la información o aspectos del tema más elementales o conocidos, y luego los más completos, especializados o nuevos. Recuerde que solo podemos aprender ideas nuevas a partir de otras conocidas. Es el criterio fundamental.
Los siguientes criterios se aplicarán en función del tema:
Criterio cronológico. El desarrollo va de lo más antiguo a lo más reciente.
Criterio de generalidad. Primero presentamos lo más general, luego los casos particulares o específicos y, finalmente, los detalles.
Criterio de causalidad. Primero ofrecemos las causas; luego, las consecuencias.
Criterio todo-partes. Empezamos por el conjunto, la comprensión del todo, el panorama abarcador; luego seguimos por sus elementos o componentes.
Criterio género-especie. Primero presentamos la clase y después el ejemplar.
Paso 1: Plantear los subtemas. Si se nos ocurre, podemos empezar por los subtemas; pero si se trata de una idea específica, le asignaremos una categoría (la clasificaremos). Por ejemplo, si el tema es “Los deportes de aventura” y se nos ocurre la idea de”canotaje”, el grupo genérico al que debe pertenecer es el de “Deportes de aventura más conocidos” o “Tipos de deportes de aventura”, lo cual ya es un subtema, a partir del que podemos añadir otros deportes como “montañismo”, “parapente”, etc.
Una técnica que puede facilitar el “descubrimiento” de los subtemas es la de las preguntas típicas. Para ello, usted imagine que tiene ante sí a su posible lector, el cual ignora el tema por completo, pero que quiere saber y por eso pregunta de todo, especialmente lo más obvio; de esas preguntas usted puede inferir el subtema. Por ejemplo:
Por supuesto que las preguntas, así como los subtemas, estarán en función del tema. Por ejemplo, en el caso de “Los deportes de aventura” no tiene sentido preguntar “¿Cómo funciona?” o “¿Quién es?”. Pero sí “¿Dónde se practica?” o “¿Desde cuándo?”.
Otra forma de plantear los subtemas es según el tipo de tema, pues para cada uno hay una serie de subtemas tópicos (lugares comunes). En general, los temas pueden clasificarse como:
– Temas sobre objetos (físicos o conceptuales)
– Temas sobre personas
– Temas sobre problemas
– Temas sobre actividades
Así:
Adicionalmente, es preciso considerar la necesidad de incluir una introducción y una conclusión. Sobre todo, si tenemos presente que la división tripartita del discurso (introducción, desarrollo, conclusión) es la más común. Sobre la forma de desarrollarlas, su finalidad e importancia tratará el capítulo sobre el párrafo.
Paso 2: Completar los subtemas con ideas que pertenezcan a la misma clase. Una vez abierto un subtema, es más fácil generar ideas que se relacionen con él o tal vez descubrir que debemos investigar este aspecto en otras fuentes, porque carecemos de información.
Paso 3: Establecer una secuencia, tanto para los subtemas como para las ideas de cada uno de ellos. Existen diversos criterios para ordenar, los cuales se detallaron en el paso 3 del método anterior.
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